CITA

"Así, la esencia de la poesía está encajada en el esfuerzo convergente y divergente de la ley de los signos de los dioses y la voz del pueblo. El poeta mismo está entre aquéllos, los dioses, y éste, el pueblo. Es un "proyectado fuera", fuera en aquel entre, entre los dioses y los hombres. Pero sólo en este entre y por primera vez se decide quién es el hombre y dónde se asienta su existencia. Poéticamente el hombre habita esta tierra."
"Holderlin y la esencia de la poesía" en ARTE Y POESIA
MARTIN HEIDEGGER
Fondo de cultura económica.
México 2000


domingo, 29 de agosto de 2010

ELIZABETH BISHOP


UN ARTE

No es fácil dominar el arte de perder;
hay tantas cosas que parecen colmadas por el deseo
de ser perdidas que su pérdida no es un desastre.

Pierde algo cada día. Acepta la confusión
de las llaves extraviadas, de la hora desperdiciada.
No es difícil dominar el arte de perder.

Practica después perder más, y más rápido:
lugares, y nombres, y las tierras a las que pretendías
viajar. Ninguna de estas pérdidas será devastadora.

He perdido el reloj de mi madre. ¡Y mira!, la última
o la penúltima de las tres casas que he amado se perdió.
No es difícil dominar el arte de perder.

He perdido dos ciudades, hermosas ciudades. Más aún,
vastos reinos que poseía, y dos ríos, y un continente.
Los añoro, pero no fue un desastre.

Incluso perdiéndote a ti (la voz risueña, un gesto que
amo) no habría mentido. Es evidente
que no es difícil dominar el arte de perder
aunque eso parezca (¡escríbelo!) un desastre.

Worcester, Massachussets, 1911 – Boston, 1979.

E. E. CUMMINGS


LLEVO TU CORAZÓN


Llevo tu corazón conmigo,

lo llevo en mi corazón.

Nunca estoy sin él

donde quiera que voy,

vas tú amada mía,

y lo que sea que yo haga es tu obra.

No temo al destino,

ya que tu eres mi destino.

No quiero ningún mundo,

porque tu eres mi mundo, mi certeza.

Y eso es lo que eres tú.

Lo que sea que una luna siempre pretendió,

lo que sea que un sol quiera ser.

Este es el secreto más profundo

que nadie conoce.

Esta es la raíz de la raíz,

el brote del brote,

el cielo del cielo de un árbol llamado vida,

que crece más alto

de lo que el alma puede esperar

o la mente ocultar.

Es la maravilla

que mantiene a las estrellas separadas.

Llevo tu corazón.

Lo llevo en mi corazón.


Este poema me lo envió la lic. Ileana Y. Gothelf a la que le agradezco por su colaboración, ¿la traducción es suya? no lo sé, pero me gustaron mucho los dos poemas que me envió, por eso los publico.

viernes, 27 de agosto de 2010

LEOPOLDO MARECHAL




NIÑA DE ENCABRITADO CORAZÓN

Su nombre, pensamiento
levantado del agua
o miel para la boca
de silencios añosos.
dicho bajo las ramas que otra vez aprendían
el gesto inútil de la primavera.
Mi nombre atado al suyo
castigó la vejez
de un idioma sin ángel.

(¡En un país grato al agua
no fue cordura olvidar
el llanto de las campanas!)

Yo era extranjero y aprendiz de mundo
junto a la mar y fiel a su vocablo.
y como la tristeza miente formas de Dios
en la Ciudad y el Río de mi patria,
sabía desde ya que Amor en tierra
nunca logra el tamaño de su sed
y que mi corazón será entre días
un gesto inútil de la primavera.

(En un país junto al mar
veletas locas de sueño
ya no sabían guardar
fidelidad a los vientos.)

Niña edificando su alegría:
toda impaciente por acontecer!
Pareció que en sus hombros apoyaba la mano
sin oriente una edad,
o que reverdecían las palabras
en el otoño de un idioma
ya cosechado por los muertos.
¡Niña-de-encabritado-corazón
nunca debió seguirme junto al agua!
Porque de olvidos era trenzada su alegría,
y porque la tristeza
miente formas de Dios
en la Ciudad y el Río de mi patria.

(Pero las rosas ignoraban
la edad del mundo,
y se pusieron a contar
frescas historias de diluvio.)

Por culpa de las rosas olvidamos,
junto al mar y a la sombra
de veletas con sueño:
Desde su adolescencia hasta su muerte
la niña, paralela del verano, cruzaba.
¡Fue imprudente olvidar que Amor en tierra
nunca logra el tamaño de su sed,
y a manera de un vino
paladear la mañana,
o escuchar el salado
proverbio de las rosas!

Sólo al final de la estación fue cuando
sentí cómo la niña se disipaba en gestos.
Y vi su madurez cayendo a tierra,
y la estatura de su muerte
junto a la mar encanecida.

Mas, como la tristeza miente formas de Dios
en la Ciudad y el Río de mi patria,
le arrebaté a la niña los colores,
el barro y el metal,
y edifiqué otra imagen, según peso y medida;
Y fue, a saber: su tallo derecho para siempre,
su gozo emancipado de las cuatro estaciones,
idioma sin edad para su lengua,
mirada sin rotura.

Y esta maldad compuso mi experiencia
con el metal y el barro de la niña.

¡Bien pueden ya los bronces
divulgar su cordura,
y el día ser un vino derramado,
y repetir olvidadizas ramas
el gesto inútil de la primavera!
Sentada está la niña para siempre,
mirando para siempre desde su encantamiento.

Y este nombre conviene a su destino;
Niña Que Ya No Puede Suceder.


De "Odas para el hombre y la mujer" 1929

Marechal me encanta como poeta, pero su "Adan Buenosaires" hay que leerlo porque es uno los mejores libros de la literatura universal, creanme ningún elogio le queda chico.

LEOPOLDO LUGONES



HISTORIA DE MI MUERTE

Soñé la muerte y era muy sencillo;
una hebra de seda me envolvía,
y a cada beso tuyo,
con una vuelta menos me ceñía
y cada beso tuyo
era un día;
y el tiempo que mediaba entre dos besos
una noche. La muerte era muy sencilla.
Y poco a poco fue desenvolviéndose
la hebra fatal. Ya no la retenía
sino por solo un cabo entre los dedos...
Cuando de pronto te pusiste fría
y ya no me besaste...
y solté el cabo, y se me fue la vida.

miércoles, 25 de agosto de 2010

FRIEDRICH HÖLDERLIN


REGRESO A LA PATRIA

¡Oh brisas apacibles! ¡Mensajeras
de Italia! ¡Amado río
con tus álamos,
oh, montes
ondulantes,
oh, cumbres
bañadas por el sol, ¡de nuevo os veo!


¡Oh, sitio silencioso! Tras el día
sin esperanzas, en mis sueños surges
lejano ante mis ojos anhelantes,
y vosotros, oh, casa paterna, oh, compañeros,
árboles familiares
que la colina pueblan.


¡Cuánto tiempo ha pasado, cuánto tiempo!
El sosiego del niño se ha perdido;
Juventud, amor, placer, todo perdido,
¡pero tú, patria mía,
tú, sagrada y paciente, permaneces!

Para que puedan sufrir contigo

y prueben contigo la alegría,
formas a tus hijos, oh amada.
Y si los infieles vagabundean lejos,
en medio de sus sueños apareces.

Y cuando el ardiente pecho del joven

sus vanos anhelos callan y se aplacan
delante del destino, ya purificado
el hombre puede dedicarse a ti.

¡Adiós, días juveniles, floridos

senderos de las rosas del Amor,
y vosotros, caminos del viajero,
adiós! Toma mi vida nuevamente,
tú, cielo de la patria, y santifícala.


Esta traducción esta compuesta por mí, entre dos versiones, una que encontré en la web y la que yo tenía, en HIMNOS TARDÍOS Y OTROS POEMAS, selección, traducción y prólogo de Norberto Silvetti Paz, Colección Obras Maestras, Fondo Nacional de las Artes, Editorial Sudamericana, 1972.
No es que yo sepa alemán, sino que elegí entre las dos traducciones en funcion de la musicalidad y la expresión. Espero que les guste!!

viernes, 20 de agosto de 2010

FRANCISCO DE QUEVEDO


A ROMA SEPULTADA EN SUS RUINAS

Buscas en Roma a Roma ¡oh peregrino!
y en Roma misma a Roma no la hallas:
cadáver son las que ostentó murallas
y tumba de sí proprio el Aventino.

Yace donde reinaba el Palatino
y limadas del tiempo, las medallas
más se muestran destrozo a las batallas
de las edades que Blasón Latino.

Sólo el Tibre quedó, cuya corriente,
si ciudad la regó, ya sepultura
la llora con funesto son doliente.

¡Oh Roma en tu grandeza, en tu hermosura,
huyó lo que era firme y solamente
lo fugitivo permanece y dura!

lunes, 16 de agosto de 2010

OCTAVIO PAZ


LA POESÍA


¿Por qué tocas mi pecho nuevamente?
Llegas, silenciosa, secreta, armada,
tal los guerreros a una ciudad dormida;
quemas mi lengua con tus labios, pulpo,
y despiertas los furores, los goces,
y esta angustia sin fin
que enciende lo que toca
y engendra en cada cosa
una avidez sombría.

El mundo cede y se desploma
como metal al fuego.
Entre mis ruinas me levanto,
solo, desnudo, despojado,
sobre la roca inmensa del silencio,
como un solitario combatiente
contra invisibles huestes.

Verdad abrasadora,
¿a qué me empujas?
No quiero tu verdad,
tu insensata pregunta.
¿A qué esta lucha estéril?
No es el hombre criatura capaz de contenerte,
avidez que sólo en la sed se sacia,
llama que todos los labios consume,
espíritu que no vive en ninguna forma
mas hace arder todas las formas
con un secreto fuego indestructible.

Pero insistes, lágrima escarnecida,
y alzas en mí tu imperio desolado.

Subes desde lo más hondo de mí,
desde el centro innombrable de mi ser,
ejército, marea.
Creces, tu sed me ahoga,
expulsando, tiránica,
aquello que no cede
a tu espada frenética.
Ya sólo tú me habitas,
tú, sin nombre, furiosa sustancia,
avidez subterránea, delirante.

Golpean mi pecho tus fantasmas,
despiertas a mi tacto,
hielas mi frente
y haces proféticos mis ojos.

Percibo el mundo y te toco,
sustancia intocable,
unidad de mi alma y de mi cuerpo,
y contemplo el combate que combato
y mis bodas de tierra.

Nublan mis ojos imágenes opuestas,
y a las mismas imágenes
otras, más profundas, las niegan,
ardiente balbuceo,
aguas que anega un agua más oculta y densa.
En su húmeda tiniebla vida y muerte,
quietud y movimiento, son lo mismo.

Insiste, vencedora,
porque tan sólo existo porque existes,
y mi boca y mi lengua se formaron
para decir tan sólo tu existencia
y tus secretas sílabas, palabra
impalpable y despótica,
sustancia de mi alma.

Eres tan sólo un sueño,
pero en ti sueña el mundo
y su mudez habla con tus palabras.
Rozo al tocar tu pecho
la eléctrica frontera de la vida,
la tiniebla de sangre
donde pacta la boca cruel y enamorada,
ávida aún de destruir lo que ama
y revivir lo que destruye,
con el mundo, impasible
y siempre idéntico a sí mismo,
porque no se detiene en ninguna forma
ni se demora sobre lo que engendra.

Llévame, solitaria,
llévame entre los sueños,
llévame, madre mía,
despiértame del todo,
hazme soñar tu sueño,
unta mis ojos con aceite,
para que al conocerte me conozca.

miércoles, 11 de agosto de 2010

LUIS DE GÓNGORA


(1584)

La dulce boca que a gustar convida
un humor entre perlas distilado,
y a no invidiar aquel licor sagrado
que a Júpiter ministra el garzón de Ida,
amantes, no toquéis si queréis vida,
porque entre un labio y otro colorado
Amor está, de su veneno armado,
cual entre flor y flor sierpe escondida.
No os engañen las rosas, que a la Aurora
diréis que, aljofaradas y olorosas,
se le cayeron del purpúreo seno;
manzanas son de Tántalo y no rosas,
que después huyen del que incitan ahora,
y sólo del Amor queda el veneno.

LUIS DE GÓNGORA (1561- 1627)

VICTOR HUGO


CANCIÓN

Nace el alba y tu puerta está cerrada
Hermosa mía, ¿a qué dormir?
¿Si se despierta la rosa,
no vas a despertar tú?

Mi lindo encanto
escucha ya,
a tu amante que canta
y también llora.

Todo llama a tu puerta bendita.
Dice la aurora: «yo soy el día.»
Dice el pájaro: «yo la armonía.»
Y mi corazón: «yo el amor.»

Mi lindo encanto
escucha ya,
a tu amante que canta
y también llora.

Te adoro, ángel, te amo mujer
Dios que me completó contigo
creó mi amor para tu alma.
Y mis ojos para tu belleza.

Versión de Rafael Pombo

VICTOR HUGO

A UNA MUJER

¡Niña!, si yo fuera rey daría mi reino,
mi trono, mi cetro y mi pueblo arrodillado,
mi corona de oro, mis piscinas de pórfido,
y mis flotas, para las que no bastaría el mar,
por una mirada tuya.

Si yo fuera Dios, la tierra y las olas,
los ángeles, los demonios sujetos a mi ley.
Y el profundo caos de profunda entraña,
la eternidad, el espacio, los cielos, los mundos
¡daría por un beso tuyo!

Versión de L. S.

lunes, 9 de agosto de 2010

RUBEN DARIO


A COLÓN

¡Desgraciado Almirante! Tu pobre América,

tu india virgen y hermosa de sangre cálida,
la perla de tus sueños, es una histérica
de convulsivos nervios y frente pálida.

Un desastroso espirítu posee tu tierra:
donde la tribu unida blandió sus mazas,
hoy se enciende entre hermanos perpetua guerra,
se hieren y destrozan las mismas razas.

Al ídolo de piedra reemplaza ahora
el ídolo de carne que se entroniza,
y cada día alumbra la blanca aurora
en los campos fraternos sangre y ceniza.

Desdeñando a los reyes nos dimos leyes
al son de los cañones y los clarines,
y hoy al favor siniestro de negros reyes
fraternizan los Judas con los Caínes.

Bebiendo la esparcida savia francesa
con nuestra boca indígena semiespañola,
día a día cantamos la Marsellesa
para acabar danzando la Carmañola.

Las ambiciones pérfidas no tienen diques,
soñadas libertades yacen deshechas.
¡Eso no hicieron nunca nuestros caciques,
a quienes las montañas daban las flechas! .

Ellos eran soberbios, leales y francos,
ceñidas las cabezas de raras plumas;
¡ojalá hubieran sido los hombres blancos
como los Atahualpas y Moctezumas!

Cuando en vientres de América cayó semilla
de la raza de hierro que fue de España,
mezcló su fuerza heroica la gran Castilla
con la fuerza del indio de la montaña.

¡Pluguiera a Dios las aguas antes intactas
no reflejaran nunca las blancas velas;
ni vieran las estrellas estupefactas
arribar a la orilla tus carabelas!

Libre como las águilas, vieran los montes
pasar los aborígenes por los boscajes,
persiguiendo los pumas y los bisontes
con el dardo certero de sus carcajes.

Que más valiera el jefe rudo y bizarro
que el soldado que en fango sus glorias finca,
que ha hecho gemir al zipa bajo su carro
o temblar las heladas momias del Inca.

La cruz que nos llevaste padece mengua;
y tras encanalladas revoluciones,
la canalla escritora mancha la lengua
que escribieron Cervantes y Calderones.

Cristo va por las calles flaco y enclenque,
Barrabás tiene esclavos y charreteras,
y en las tierras de Chibcha, Cuzco y Palenque
han visto engalonadas a las panteras.

Duelos, espantos, guerras, fiebre constante
en nuestra senda ha puesto la suerte triste:
¡Cristóforo Colombo, pobre Almirante,
ruega a Dios por el mundo que descubriste!

RUBEN DARIO

sábado, 7 de agosto de 2010

WALT WHITMAN


Walt Whitman
(1819-1892)


Surgirá un nuevo orden

y sus hombres serán
los sacerdotes del hombre,
y cada hombre será
su propio sacerdote.


NO TE DETENGAS

No dejes que termine el día
sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz,
sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias
de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer
que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar
en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida
te pase a ti sin que la vivas ...

Versión de: Leandro Wolfson


LO QUE SOY DESPUÉS DE TODO

¿Qué soy, después de todo,

más que un niño complacido con el sonido
de mi propio nombre?
Lo repito una y otra vez,
Me aparto para oírlo
-y jamás me canso de escucharlo.
También para ti tu nombre:

¿Pensaste que en tu nombre
no había otra cosa
que más de dos o tres inflexiones?

Lo tomé de una página llamada "Personarte". No puedo confirmar la procendencia, pero dice que estos poemas estan en "Rubaiyyat", traducción de Ramón Hervas, en una Edición de Barcelona.