
DIÁLOGO CON LA SOLEDAD
II
No ocultes tu verdad porque haga daño,
ni evites el dolor que está en tu vida.
Entrega lo que tengas -canto, herida-
pero entrega: no pases como extraño.
Y no mientas jamás, que todo engaño
deja su marca, tenue o definida,
y hay luego en todo estar, algo de huida
y en toda intimidad, algo de huraño.
Es como un devenir cierto y oscuro:
se ignora la razón de lo inmaturo
pero alguna presencia queda ausente.
Tal vez ni se adivina lo pasado
y sin embargo hay algo desgarrado,
perdido ya...Irremisiblemente.
ESTE SABOR DE LÁGRIMAS
15
Gris y más gris. No estás, y yo estoy triste
de una tristeza apenas explicable
con palabras, y de una imperturbable
soledad, que por ti nace y existe.
Siempre de gris, mi corazón se viste:
polvo y humo, ceniza abominable
y la envolvente bruma irrenunciable
que estaba ayer. Y hoy. Y que persiste.
Gris a mi alrededor. Contra mi mano
la nube espesa se va abriendo en vano
porque el fuego que soy, no está encendido
y hay niebla en lo que miro y lo que toco.
Ah, yo no sé...Tal vez te odio un poco
porque está gris y llueve y no has venido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario